7 de abril de 2013

¿Fue Santa Teresa de Ávila la inventora de las patatas fritas?

Aunque existen pocas evidencias históricas y científicas sobre su origen, según el belga Paul Ilegems profesor emérito de historia del arte, fundador y comisario artístico del Friet Museum (museo dedicado en exclusiva a las patatas fritas), cree sin ninguna duda que la santa de Ávila fue la 'inventora' de tan sencillo pero suculento plato.


Paul Ilegems experto mundial en la materia y autor de cuatro libros dedicados a 'la cultura de la patata frita', postula en el documental Gastronomía Global: Erase una vez la patata frita, que el primer ancestro de esta forma de consumir la solanácea del altiplano andino se remonta al siglo XVI, cuando Teresa de Ávila curaba a enfermos alimentándolos con el tubérculo frito en aceite de oliva.

"La Santa en la cocina" cuadro del pintor de cámara Francisco Rizi, que se guarda en el Convento de San José. Imagen que me envió el experto en patatas fritas Paul Ilegems.


Una teoría que este historiador basa en las cartas donde la 'santa andariega' hablaba de patatas. Por ejemplo la que escribió a la madre María de San José, superiora del convento del Carmen en Sevilla para agradecerle el envío de patatas y otras viandas. Carta escrita en Ávila con fecha 19 de diciembre de 1577,  donde dice "La suya recibí, y con ella las patatas y el pipote y siete limones. Todo vino muy bueno".

Y es que Santa Teresa Teresa siempre estuvo muy interesada en la vida cotidiana y también en la comida como reflejan sus numerosas misivas donde a menudo escribía de alimentos. Ademas le gustaba cocinar y consideraba muy importante la dieta que debían seguir sus monjas de clausura para poder orar mejor.

Lo que si coinciden los historiadores es como llegó a suelo europeo este apreciada hortaliza. Fue por primera vez hacia 1570, tras hacer escala en las Islas Canarias. A partir de 1573 este tubérculo originario del Perú apareció en los libros de cuentas del Hospital de la Sangre de Sevilla, que registraba como proveedor al convento Los Remedios de los Carmelitas Descalzos. Orden fundada por Teresa de Ávila, que conocía las bondades alimenticias y curativas de la patata, gracias a su padre y hermanos que habían hecho las américas.

Antigua cocina del Convento de San José de Ávila, primera fundación de Teresa de Ávila.
Durante años el Hospital de la Sangre (actual sede a del Parlamento de Andalucía) siguió comprando patatas (que no batatas), siempre entre diciembre y enero como la revista científica Economic Botany de 1992 documentó. Lo que demuestra que eran patatas sembradas ya en tierras españolas y no importadas de América.

Vendedores de patatas en el Mercado Grande de Ávila. Foto: Ángel Redondo de Zúñiga 1905. Vía Avilas
Después de la muerte de Teresa en 1582, uno de sus compañeros, llamado padre Nicoló Doria, regresó a Italia, llevando consigo el cultivo de la patata. En el libro Del Coltivazione Toscana (1625) del padre Magazzini, atestigua como los carmelitas descalzos fueron los primeros que llevaron la patata a Italia y los primeros cultivadores de patatas en Europa.

Santa Teresa en la cocina de San José de Ávila, grabado del abulense Antonio Veredas.
Y así de convento en convento se extendió llegando incluso a Flandes que formaba parte del Imperio español. Allí en la actual Bélgica las patatas fritas se convirtieron en el aperitivo nacional, todo un símbolo de su identidad.

Patatas revolconas, plato típico de la gastronomía de la provincia de Ávila.
Pero aunque como abulense me gustaría que Teresa fuera la responsable de la invención de las patatas fritas y por ende de la tortilla española, productos tan internacionales como insuperables, hay autores que lo ponen en duda.

Como el periodista y critico gastronómico (Caius Apicius) Cristino Álvarez, que un reciente artículo 'Santa teresa y las patatas', explica que la conocida como patrona de la gastronomía:
"Nunca probó este tubérculo ya que la patata a que se refiere la santa, es la llamada patata de Málaga o batata, un tubérculo que trajo ya Colón de Haití a la vuelta de su primer viaje mientras que hubo que esperar medio siglo para tener noticias de la patata propiamente dicha."
Y como por ahora este debate histórico no tiene solución, os propongo seguir 'discutiendo'  en un bar, sobre lo humano y lo divino ("Mirad que entre los pucheros y las ollas anda Dios" como decía Teresa de Ávila). Y con vuestros amigos delante de unas cañas y como aperitivo que mejor que unas patatas cocinadas en sus diferentes formas:  fritas, con salsa brava, alioli, o las revolconas típicas de Ávila.

Vía 1, 2, 3 y 4.

Bonus Track: La vida cotidiana en tiempos de Santa Teresa. ¿Qué comían? ¿Cómo se vestían? ¿Qué pensaban aquellos abulenses de los siglos XVI y XVII?

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